Sucedió ayer por la tarde en Santa Lucía de Tirajana, en Gran Canaria, cuando la ciudadana rusa Emilia I. se encontraba buceando a 25 metros de la orilla y fue arrollada por un windsurfista sueco. Resultado del encontronazo recibió un profundo corte en el cuello que le produjo la muerte casi instantáneamente.
En la playa donde se produjo el accidente están permitidos los deportes acuáticos, tanto el windsurf como el buceo, pero hay que cumplir la normativa.
Por seguridad, debe navegarse a 200 metros de la orilla y los buceadores deben estar convenientemente localizados mediante boyas. La proliferación de deportes náuticos y acuáticos en nuestras costas durante el verano hacen que haya que extremar las medidas de precaución en la playa. Con los surfistas ocurre lo mismo, en las playas donde convivan bañistas y surfistas las diferentes zonas deben estar balizadas.
