Un paquete en Wavegarden x Niegá

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Felipbunny
 
Parece que mi indirecta ha producido resultados. En honor a la verdad sabía que era cuestión de tiempo, pues una semana antes de publicar el post ya me llamaron para probar la ola. En aquella ocasión no pudo ser por temas varios, pero cuando me lo volvieron a proponer esta semana, salté sobre la ocasión pues no sé si algún día se repetirá. 
Así que aunque no soy –ni mucho menos- el primer paquete que surfea en Wavegarden, sí que soy el primero que va a contar públicamente su experiencia… y sin ocultar nada. 
El día de autos llego a la instalación, saludo a todo el personal, me cambio y me meto al agua (dulce). Primer error: entro con mi tabla corta, la de cada día. Por qué digo primer error? Porque esa tabla corta, ya no es “mi tabla de cada día”; al menos no últimamente. Desde que volví de las Mentawai a finales de Noviembre he surfeado media docena de veces, estoy bajo de forma, y los últimos baños me los he dado con un bicho largo y retro con volumen de sobras y no con mi tabla corta. 
Da igual, es lo que hay y me pueden las ganas. Primera ola. Me sitúo más o menos donde me dicen, miro hacia el horizonte de bosques verdes y frondosos…y de pronto veo una ondulación de 10 cm que viene hacia mí. 
“Rema, rema!!” me gritan. 
No me lo creo… eso es la ola? Pero si son 10 cms… escasos… empiezo a remar y de pronto el bicho empieza a ahuecar justo a mi altura!! Demasiado tarde… la ola no me coge. 
La siguiente ola lo mismo. 
Parece ser que estoy situado demasiado “mar a dentro” y, o me adelanto un poco o remo con mucha más fuerza. 
Frustración! 
Tercera y cuarta ola: la ola me coge pero para cuando estoy de pie y la bajo, ya he perdido el brazo y me cierra. 
Nueva parada técnica y consejos: 
“Ahora estás remando bien, mantente rozando la red que baja de la pasarela, pues la ola te apartará de la misma. Y una vez la ola te ha cogido, antes de ponerte de pie, sitúa la punta de la tabla hacia el brazo para segurar que sales bien de lado y no te cierra”.
Venga pues, ahí vamos. 
Quinta ola; una izquierda, de espaldas. La remo bien, pegadito a la red. La ola empieza a cogerme y a separarme de la red, y antes de ponerme de pie ya enfoco la tabla hacia el brazo. Un salto felino y… voilà! Ya estoy surfeando!! La ola es mecánica; va todo el rato igual… pero yo no, un girito, bajo demasiado recto y ya pierdo la ola. 
No hay truco ni trampa; esto es como el algodón y no engaña. El que surfea bien, hace lo que quiere, pero a los paquetes (sobretodo los que medimos 1m90 y pico) se nos ven los errores a una milla. Por suerte la próxima ola viene pronto y me da otra posibilidad de ir mejorando. 
Al final cogí unas 15 olas. Compartí el baño con 3 o 4 personas más (empleados de la empresa y algún invitado) y salí del agua encantado con la experiencia. 

Mis conclusiones:
-Mis mejores olas fueron dos izquierdas (de espaldas). Como no sé hacer un bottom turn backside propiamente dicho, estoy más acostumbrado a salir de lado desde el take off en las izquierdas que en las derechas. De ahí que pudiera aprovechar mejor las izquierdas y meter algún giro más 
-La ola tiene un punto dulce… en el que te lleva sin ser demasiado hueca ni demasiado fofa. La gracia es ir maniobrando alrededor del mismo. 
– Creo que conviene darse el primer baño con una tabla sobrada de volumen (un fish moderno o similar, un minimalibú, etc…), sobretodo si eres un paquete. Es más difícil maniobrar –el pocket de la ola es pequeño- pero en cambio ayuda a coger la ola, conocerla mejor y encontrar el ritmo adecuado. 
-La pasarela no molesta. Cuando surfeaaba la ola ni me fijaba en ella por mucho que desde fuera parece que vayas muy cerca. 
-La instalación es ideal para practicar claims cuando la pared se muere y surfeas la espuma. Hay que dejar salir el brasileño que todos llevamos dentro! 
-Aprendizaje: es una herramienta genial para mejorar la técnica, pues cuando llevas 4 olas te das cuenta que más o menos todas van igual. A medida que coges confianza, una vez superado el tema de coger la ola, te vas concentrando en tus apoyos, la posición de los pies en la tabla, los movimientos del tronco superior, etc… Vaya, una horita de Wavegarden al día durante un mes, con alguien que te graba en video o un “coach” corrigiéndote los errores, y tu técnica de surf da una salto brutal. No tengo ninguna duda. 
-Es mejor o peor que surfear en el mar? Para mi sobretodo es complementario, pero claro vivo en Donosti, cerca del mar y con olas. Si viviese en Madrid / Barcelona / Sevilla / etc… lejos de olas decentes –al menos durante gran parte del año- y tuviese un Wavegarden a proximidad estoy seguro que iría muy a menudo. Al fin y al cabo esa ha sido la intención del equipo de Wavegarden: no competir con el mar, sino crear una tecnología para cuando surfear en el mar no es posible. 
Esto… cuando puedo volver? 😉