Si te decimos que es un deporte, y que para practicarlo necesitas una tabla y un remo con una empuñadura ergonómica, y que deberás remar estando de pie o de rodillas, seguro que ya ha desaparecido el misterio. Se trata del SUP, siglas en inglés de Stand Up Paddle. Sus orígenes son polinesios, y Ku Hoe He’e Nalu es su nombre en hawaiano: significa ponerse de pie, remar y surfear.
Para practicar SUP no necesitas olas, tan solo agua. Puedes remar en mar abierto, en lagos o ríos.
La aparición del SUP no se remonta en el tiempo tanto como la del surf. Al principio servía como medio de transporte y para pescar. Ya en la década de los 60 del siglo pasado, los instructores de surf en Waikiki usaban los longboards y unos remos de canoa para sus clases. Y posteriormente, a comienzos de este siglo, surfistas hawaianos como Dave Kalama, Brain Keaulana, Archie Kalepa y Laird Hamilton, usaron este sistema como parte de su preparación física, ya que podían entrenar aun sin condiciones de viento y olas para surfear.
Ir parado sobre una tabla de SUP te permite tener un mayor ángulo de visibilidad y perspectiva de todo el entorno natural, puedes ver el fondo del mar o más allá de la superficie del agua.
Con el remo de SUP alcanzas más velocidad que surfeando y puedes realizar otro tipo de maniobras.
En nuestro país el SUP dio sus primeros pasos hace once años en el Mediterráneo pero pronto fue creciendo tanto el número de practicantes como las zonas en las que puedes disfrutar de este deporte.
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