Andy Criere segundo en el French Rendez-Vous of Surfing, solo superado por el actual campeón del mundo, Italo Ferreira

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Fuentes: FESURFING y BASQUETEAM. Criere; «Ha sido una de esas mangas en las que he mejorado y he aprendido mucho. Tener la presencia de un campeón del mundo en el pico es brutal y me quedo con ese recuerdo«. La primera prueba de la European Cup, un formato con varios eventos especiales de la World Surfing League, ha sido especial para Andy Criere. El surfista vasco no solo llegó a la final, en donde se enfrentó al actual campeón del mundo, sino que además dejó por el camino a surfistas del CT (Championship Tour) como Kanoa Igarashi o Michel Bourez.

Criere consiguió la plaza para este evento en el último minuto cuando Jeremy Flores sufría una lesión y debía retirarse de este evento. Un gran papel durante toda la competición en la que cabría destacar el momento en el que dominó a Igarashi en los cuartos de final y logró eliminar a uno de los favoritos de la competición. En la semifinal la siguiente víctima del español sería otro CT, el francés Michel Bourez, al que apeó para lograr su sitio en la final. Andy valoraba su actuación así «estoy muy contento con mi papel en este campeonato. Hay que tener en cuenta que me confirmaban un día antes mi participación en el campeonato y eso supone poco tiempo para adaptarte a una situación como esta, con los mejores del mundo».

 

Andy se define como “surfista emocional”. Nació en San Sebastián en 1995, y desde siempre ha vivido en Hendaya, aunque la mayor parte su vida la ha pasado al otro lado de la frontera, porque estudió en Hondarribia. Su padre es de Normandía y su madre de Palencia. Cree que la primera vez que se metió al agua fue con 10 años. Le costaba mucho concentrarse, lo que le impedía obtener buenos resultados en el colegio. Tenía problemas de hiperactividad. En sus ratos libres le encantaba andar con el skate y un vecino que trabajaba en el club de surf de Hendaya, al verle, y le comentó la opción del surf. Con ocasión de un campeonato, sus padres le acercaron y su vecino cogió una tabla y le llevó a surfear. Desde el primer momento se puso de pie. A partir de entonces todo fue un poco como una bola de nieve que se fue agrandando. En Navidad sus padres le regalaron su primera tabla y ahí empezó en realidad todo. Dos años después estaba participando en campeonatos, siendo el primero que ganó el Maider Arostegui de Biarritz.