De Sidrisima.
Un año cargado de fotos, olas, salitre, lugares, kilómetros, luces, horas de edición y arena en las alfombrillas de mi coche.
Sigue mi búsqueda de aquello que transmite y deja ver ese sentimiento que hace que el longboard brille.
Ese sentimiento que tengo desde el principio… y que no cambio, un sentimiento fiel que es parte de Sidrisima y hace que cada foto cuente una historia.
Mi aventura sigue, sigo buscando la mejora personal, sonriendo en la orilla y viendo las series pasar haciendo clic solo a lo que suma, solo.
Valorar y respetar, es parte de mi camino, lo mismo que el agradecimiento a todos los que estáis cerca!
Nos vemos en la playa!!»