Un invierno duro y frío como todos, hace valorar si madrugar y hacer kilómetros vencen a la pereza de quedarse en la cama asegurando el calor, en lugar de ir directa al frío que estamos teniendo estos meses.
Esta vez no hubo dudas, arrancar Y tener como compañía a las estrellas, para lograr llegar a destino y ver amanecer allí.
Bendita Luz.
Días así el disfrute es visual y eso intento plasmar en las imágenes que captura mi cámara.
Un puñado de amigos, una ola tablonera, guantes, gorro y mil capas para no congelarme en el intento.